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    Manuel Ríos San Martín (1965), licenciado en Ciencias de la Información, ha trabajado en importantes productoras de televisión como Globomedia, BocaBoca y Diagonal donde ha ejercido de productor ejecutivo, director o guionista de diversas series y miniseries de televisión. Ha participado, entre otras, en Colegio Mayor, Médico de Familia, Menudo es mi padre, Más que amigos, Compañeros, Mis adorables vecinos, Soy el Solitario, Raphael, Rescatando a Sara o Historias Robadas. Su último trabajo ha sido el de director argumental y guionista de la serie Sin identidad. Contribuyendo a la creación de casi todas ellas.

    Ha dirigido un largometraje, No te fallaré y ha colaborado en la escritura del guion en las películas Amigos… y Maradona, la mano de Dios.

    Ha coordinado y coescrito el libro El guion para series de televisión publicado por el Instituto de RTVE.

    Más info: www.manuelriossanmartin.com

  • ENTREVISTA CON MANUEL RÍOS

    (Por Eva Cruz)

    1. ¿Qué diferencias y dificultades nuevas has notado a la hora de escribir una novela, frente a la escritura de guiones?

    La mayor diferencia es que nunca se acaba. Mientras que un guion llega un punto en el que veo que está claramente terminado, que la historia ya está contada, con la novela no pasa eso, a cada párrafo le puedes volver a dar una vuelta más. El estilo puede influir en el fondo de la historia.

    En el cine o en la televisión el resultado final se consigue en el rodaje (no en guion), sucede en “directo” por decirlo de alguna manera, con mucha gente junta colaborando, y lo que pasa en ese momento ya no se puede cambiar.

    Es casi imposible volver a un decorado porque la secuencia no haya quedado tal y como la imaginaste. El guion tiene su tiempo pero el rodaje es de alguna manera “instantáneo” (aunque se tarden varias horas). La novela permite retocar y retocar. Eso tiene su parte buena y su parte obsesiva.

    2. ¿Esta es más la novela de un guionista o de un director de cine y televisión?

    Es difícil de decir, no hay manera de separar los distintos aspectos de una personalidad, pero como guionista no escribiría tantos detalles, tantas descripciones. Sé que se me acusará de que es la novela de un guionista por esto, pero no es así. Un guion, ya digo, no se escribe de esta manera. Al menos yo no. De hecho, aquí he escrito todo lo que nunca he podido hacer en un guion.

    Creo que en la manera de escribir CÍRCULOS hay más de director de cine, de crear ambientes, iluminación, maquillaje… Si tuviese que decantarme diría que es la novela de un director. Yo la he visto antes de escribirla o mientras lo hacía. No la he imaginado, la he visto. También por eso la acompaño de fotografías que la ilustran.

    3. Como escritor de guiones para televisión desde hace muchos años sabes crear personajes muy potentes y distintos entre sí. ¿Cómo fuiste concibiendo los de esta novela? Klimt Owd, el auxiliar de producción twitero, la presentadora de informativos, el ayudante del inspector Jellineck…

    La importancia de cuidar los personajes secundarios en muy grande. Una novela no puede vivir solo de los protagonistas. Todo lo que les rodea debe estar a la altura. Evidentemente están concebidos de manera menos compleja, pero he intentado que, aun así, tengan varias capas, que no sean simples. Eso también contribuye a que el lector no tenga claro si son buenos o malos, probablemente porque son ambas cosas, como cualquiera de nosotros. Al presidente de la cadena no le gusta la televisión que hace pero lo asume porque le da dinero para vivir como quiere aunque no esté a gusto. Tiene una relación con una chica mucho más joven y guapa que además le permite liberarse de mucha ataduras morales. Pero a la vez echa de menos a su antigua mujer con la que hablaba de cosas más interesantes, viajaba, y en el momento clave de la novela se pregunta qué pensará ella y no su segunda esposa. Esas contradicciones me interesan porque son tremendamente humanas.

    4. El lector siente que Patrizia y Jellineck son dos personas auténticas entre mucha gente superficial. ¿Tú cómo los ves?

    Me gusta eso que dices, yo también creo que es así. Dos personas que han sufrido mucho, que son conscientes de ello, pero que han seguido adelante, que han incorporado sus sufrimientos como han podido. Y, aunque les ha dejado muchas cicatrices, no están dispuestas a rendirse. Eso creo que es esencial en mis personajes: el seguir luchando. No aceptan sin más lo que sucede en la sociedad. Pretenden oponerse cada uno a su manera, con rabia o con cierta violencia.

    5. ¿Crees que el novio de Patrizia es un cobarde? Porque muchos de nosotros optaríamos también por desaparecer de una vida tan complicada, dura y solitaria como la suya…

    Laslzo es un poco cobarde, pero no más que la media de los seres humanos. Tiene algo que le hace diferente y es que se enamora de Patrizia que es una chica que le descoloca. Es su posibilidad de dejar de ser uno más del montón y está a punto de asumir ese reto, pero tiene la mala suerte de que la historia se precipita justo en ese momento y termina por superarle. Deja de tomarse las pastillas que le dan sus padres un tiempo, está más dispuesto a ver la realidad tal y como es, pero al final los acontecimientos son más fuertes. Muchas personas podrían identificarse con Laszlo.

    6. Uno de los aspectos más duros de la novela es el personaje de Pam, la mujer de Jellineck, postrada en la cama desde hace años.

    Su situación explica en cierta medida el carácter de Jellineck. ¿Cómo la creaste? Como ser indefenso, ¿la asocias a los animales indefensos que también salen en la novela?

    En ese personaje hay algo de una tía mía que sufrió Parkinson. Y mucho de cómo vi que la cuidaba su marido durante años, con amor y dedicación, de cómo le hablaba aunque no sabía si realmente se enteraba bien de las cosas. Supongo que me impresionó y surgió a la hora de construir el personaje del policía. Por otro lado necesitaba mostrar su lado tierno e íntimo. Tanto cinismo tenía que ser por algo. Pienso que equilibra al personaje y lo hace muy real, muy auténtico. Y entrañable a pesar de resultar soez en muchas ocasiones. Le perdonas todo. Y lo quieres, empatizas con él.

    No había pensado en lo que dices de los animales pero sí veo que hay relación, como en las plantas, los sink holes… Es como si los débiles de la tierra no encontrasen su sitio, como si nadie se ocupase ya de ellos. No trato de decir que el gobierno o la sanidad no se ocupen, es que no nos ocupamos nosotros, los demás seres humanos que estamos mejor, más enteros, al menos aparentemente. La novela es una llamada a la responsabilidad personal e intransferible. Si no lo haces tú no lo van a hacer otros. Jellineck no lleva a su mujer a un hospital, la intenta cuidar él a pesar de las muchas dificultades que encuentra por su trabajo tan complicado.

    7. Una de las imágenes más impactantes de la novela es la idea recurrente de los animales que se suicidan. ¿Cómo lo explicas tú, o prefieres que quede simplemente como una imagen?

    Tiene que ver con lo que te decía antes. Cuando todo está mal, los animales, que tienen una sensibilidad especial, lo notan antes. Es como cuando huelen un terremoto o un tsunami, están más en contacto con lo básico, con lo meramente biológico. Los seres humanos tapamos todo eso con ropa, perfumes, redes sociales, programas de tv, prisas… y todo eso no nos permite ver lo que está sucediendo. Los animales no es que lo vean, es que lo sienten. Y en la novela no pueden soportarlo. Por eso se suicidan.

    8. La otra imagen visualmente (y olfativamente!) dura, es la de la basura en la ciudad… uno se imagina una especie de Blade Runner: una ciudad lluviosa, sucia, donde la gente está encerrada viendo tele. ¿Es más fácil imaginar eso en Londres porque en España la gente se tira a las calles aunque las calles apesten? ¿Por qué la situaste en Londres?

    Creo que tienes razón en lo que dices de España, saldríamos igual. La novela transcurre en Londres por dos motivos:

    Por un lado, porque es una ciudad lluviosa y gris, donde el cielo es habitualmente plomizo. Y es fácil imaginar que vaya a peor en un futuro cercano donde haya más contaminación, más virus, más enfermedades. Y es una ciudad que conozco. Pero el motivo más importante es para que no suceda en España. Necesitaba sacar la novela de la realidad española. No quería que el lector pensara si Telecinco es mejor o peor que Antena 3. No va de eso. No quería buscar la casuística ni la crítica fácil. Creo que el problema del que se habla en la novela es global de la civilización occidental. No me interesaba entrar en un debate sobre si es mejor Mercedes Milá o Arturo Vals. En cualquier caso creo en el poder del individuo, cada uno podemos libremente apretar un botón del mando a distancia u otro, o ninguno y leer o ir al teatro, a un concierto, cenar con amigos, escribir nuestras propias historias, grabar lo que nos interesa y hacernos la programación a nuestros gusto. Las tv solo emiten lo que la gente ve. Si dejásemos de ver mayoritariamente determinados programas nadie los produciría. Seamos conscientes de eso.

    9. Hay mucha ira en los personajes de esta novela, pero yo no creo que sea una novela “airada”. Si, en cambio, una novela preocupada por la cultura contemporánea de la imagen, los sentimientos prefabricados, la necesidad de notoriedad… ¿Cuánto hay de denuncia en CÍRCULOS?

    No me gustaría que fuese tanto una denuncia como una invitación a la reflexión. Pero a una reflexión emocional, no solo fría y racional. Que el lector sienta cosas, le perturben los hechos y eso haga que su planteamiento ante los medios de comunicación y las redes sociales pueda ser diferente a partir de ese momento.

    No sé si funcionará o no, pero yo sentía la necesidad de contarlo, de provocarlo. Uno de los motivos que me impulsan a emprender un proyecto tan largo y complejo como ha sido CÍRCULOS es la convicción de que si yo no cuento esta historia no la contará nadie.

    10. No es una novela para todos los públicos, evidentemente, por su contenido sexual y violento. ¿Con qué te gustaría que la gente se quedase después de leerla?

    Algo tocado, un poco incómodo. Yo escribí el capítulo 1 de Médico de familia y la novela es otra cosa desde luego. Cuando eres niño piensas que todas las historias tienen que terminar bien, que tiene que solucionarse todo, que responderse a todas las preguntas que se han formulado. Yo trato de explicar a mis hijos que hay otras historias que no son así, que son más como la vida misma, donde muchas situaciones pueden acabar mal. Creo que es bueno saberlo, y eso puede hacer que seas más responsable de tus actos, más consciente. Las cosas no acabarán bien porque sí.

    Pero podemos equilibrar, después de leerte esta novela puedes ir a ver una comedia romántica para desengrasar mientras sepas que es mucho más irreal que CÍRCULOS.

    11. Esta novela tiene “producción”: imágenes que la acompañan, cuentas de twitter y Facebook, y se descarga en internet. ¿Por qué las has querido publicar así?

    Una vez más volví a sentirlo como una necesidad. Según avanzaba el proyecto me iba pidiendo cosas. El rodar un tráiler o hacer fotos surgió de esta manera. Y eso que yo iba a la contra, la comodidad nos puede mucho y mover toda la infraestructura necesaria para llevar a cabo la parte multimedia es compleja, tienes que gastar bastante dinero y pedir muchos favores. Gracias a que tengo grandes amigos y excelentes profesionales he podido hacerlo. Pero también he tardado bastante porque necesitaba ir cogiendo fuerzas para emprender el paso siguiente. Ahora ya está todo, solo me queda disfrutarlo. Pase lo que pase con el proyecto. Y el resultado visual es magnífico. En esta web lo podéis comprobar.

    La novela trata de las redes sociales, entre otras cosas, y necesitaba investigar también en ese aspecto. Llevo un tiempo siendo muy activo en Twitter y eso me ha dado mucha información. Aunque es agotador. La manera de publicar la novela me parecía coherente con todo el proceso, un nuevo experimento. Veremos qué sucede.

    12. Sabemos que eres muy futbolero, y que te gusta ir al estadio en las grandes citas. Después de escribir el final de CÍRCULOS, ¿vas con más prevención?

    La verdad es que no, creo que no se puede vivir con miedo como decía Roy Batty en Blade Runner, que citábamos antes. Es evidente que pueden pasar desgracias y que hay que tener un cierto cuidado, pero espero no dejar de hacer las cosas que me gustan por una amenaza externa.

    13. En el mundo de la televisión, ¿has conocido gente como la que sale en CÍRCULOS?

    La verdad es que no. No me he inspirado en personajes conocidos. Creo que ninguno de ellos tiene un referente real salvo, como he dicho antes, la mujer del detective. El presidente de la cadena no es nadie en concreto, pero tampoco los policías ni los cuidadores del zoo, ni los secundarios de la cadena. Tal vez el otro personaje que esté inspirado en alguien es Patrizia: en una chica que me encontré hace 30 años en un concierto de U2 en Nueva York. Pero no llegué a conocerla más que eso, no volví a verla. Tenía una fuerza que me inspiró el personaje de Patrizia. Y el pelo igual de corto. Poco más.

    14. ¿Alguna posibilidad de que esta sociedad y esta tele cree un Patrick Shultheiss?

    Por suerte y por desgracia creo que no. Por suerte es evidente, porque no me gustaría que pasase lo que cuento. Pero digo por desgracia porque pienso que Shultheiss es muy inteligente, su plan está muy elaborado y es un malo muy atractivo. Los malos que veo en la realidad son más sosos, tan crueles pero sin el mismo carisma.

    La historia tiene algo del terrorismo islámico (la capacidad de vivir años preparando un atentado) pero ahí comprendemos, al menos racionalmente, lo que hacen y lo qué pretenden. En la novela, no me refiero al lector pero sí a sus personajes, viven lo que sucede, lo sufren y no entienden al final nada de lo que ha pasado, no acaban de comprender los motivos. Y eso es duro para el ser humano que busca una explicación a todo. Se termina la historia de Shultehiss y ya, se quedan sin entender bien el porqué. Eso me gustó desde el principio. El lector sí tiene una explicación. En un primer momento tampoco la iba a tener, pero me surgió al escribir el final, cuando Patrizia va a ver a la mujer del policía y hacerse cargo de ella Y me gustó como quedó. Por eso lo dejé.

    15. ¿Crees que la televisión actual está abocada a emitir programas como los que imaginas en CÍRCULOS: concursantes que mueren, gente teniendo orgasmos en directo…?

    Hay una cosa que tenemos que tener en cuenta. La tv tenderá cada vez más a la importancia del directo. Todo nos va llevando a eso aunque es un proceso lento. La ficción se puede ver grabada, a tu propio ritmo, no pasa nada. Pero los deportes, las noticias de sucesos y los realitys y similares tienen sentido que sean en directo o, al menos en un falso directo. Pero si te fijas, incluso en producciones tan complicadas como Supervivientes cada vez se valora más el directo, verles en la isla en ese preciso momento en que el público está votando una expulsión. Ese instante tiene magia para el ser humano. No me preguntes porqué, pero la tiene. El “yo estuve ahí viéndolo cuando sucedía” aunque sea de manera vicaria a través de una pantalla tiene una fascinación especial. De todo esto hablaba el profesor González Requena en su libro El discurso televisivo: espectáculo de la posmodernidad. Tuve la suerte de hacer con él los cursos del doctorado hace muchos años y me marcaron algunas de sus ideas.

    Hay que tener en cuenta que una gran parte de las cosas que narro ya están pasando. Cuando se dice que la novela sucede en un futuro cercano, en muchos aspectos es presente. Y esa sensación me gusta, que el lector diga, “¡¿cómo que en el futuro?, si esto es ya!”.

ENTREVISTA CON MANUEL RÍOS

(Por Eva Cruz)

1. ¿Qué diferencias y dificultades nuevas has notado a la hora de escribir una novela, frente a la escritura de guiones?

La mayor diferencia es que nunca se acaba. Mientras que un guion llega un punto en el que veo que está claramente terminado, que la historia ya está contada, con la novela no pasa eso, a cada párrafo le puedes volver a dar una vuelta más. El estilo puede influir en el fondo de la historia.

En el cine o en la televisión el resultado final se consigue en el rodaje (no en guion), sucede en “directo” por decirlo de alguna manera, con mucha gente junta colaborando, y lo que pasa en ese momento ya no se puede cambiar.

Es casi imposible volver a un decorado porque la secuencia no haya quedado tal y como la imaginaste. El guion tiene su tiempo pero el rodaje es de alguna manera “instantáneo” (aunque se tarden varias horas). La novela permite retocar y retocar. Eso tiene su parte buena y su parte obsesiva.

2. ¿Esta es más la novela de un guionista o de un director de cine y televisión?

Es difícil de decir, no hay manera de separar los distintos aspectos de una personalidad, pero como guionista no escribiría tantos detalles, tantas descripciones. Sé que se me acusará de que es la novela de un guionista por esto, pero no es así. Un guion, ya digo, no se escribe de esta manera. Al menos yo no. De hecho, aquí he escrito todo lo que nunca he podido hacer en un guion.

Creo que en la manera de escribir CÍRCULOS hay más de director de cine, de crear ambientes, iluminación, maquillaje… Si tuviese que decantarme diría que es la novela de un director. Yo la he visto antes de escribirla o mientras lo hacía. No la he imaginado, la he visto. También por eso la acompaño de fotografías que la ilustran.

3. Como escritor de guiones para televisión desde hace muchos años sabes crear personajes muy potentes y distintos entre sí. ¿Cómo fuiste concibiendo los de esta novela? Klimt Owd, el auxiliar de producción twitero, la presentadora de informativos, el ayudante del inspector Jellineck…

La importancia de cuidar los personajes secundarios en muy grande. Una novela no puede vivir solo de los protagonistas. Todo lo que les rodea debe estar a la altura. Evidentemente están concebidos de manera menos compleja, pero he intentado que, aun así, tengan varias capas, que no sean simples. Eso también contribuye a que el lector no tenga claro si son buenos o malos, probablemente porque son ambas cosas, como cualquiera de nosotros. Al presidente de la cadena no le gusta la televisión que hace pero lo asume porque le da dinero para vivir como quiere aunque no esté a gusto. Tiene una relación con una chica mucho más joven y guapa que además le permite liberarse de mucha ataduras morales. Pero a la vez echa de menos a su antigua mujer con la que hablaba de cosas más interesantes, viajaba, y en el momento clave de la novela se pregunta qué pensará ella y no su segunda esposa. Esas contradicciones me interesan porque son tremendamente humanas.

4. El lector siente que Patrizia y Jellineck son dos personas auténticas entre mucha gente superficial. ¿Tú cómo los ves?

Me gusta eso que dices, yo también creo que es así. Dos personas que han sufrido mucho, que son conscientes de ello, pero que han seguido adelante, que han incorporado sus sufrimientos como han podido. Y, aunque les ha dejado muchas cicatrices, no están dispuestas a rendirse. Eso creo que es esencial en mis personajes: el seguir luchando. No aceptan sin más lo que sucede en la sociedad. Pretenden oponerse cada uno a su manera, con rabia o con cierta violencia.

5. ¿Crees que el novio de Patrizia es un cobarde? Porque muchos de nosotros optaríamos también por desaparecer de una vida tan complicada, dura y solitaria como la suya…

Laslzo es un poco cobarde, pero no más que la media de los seres humanos. Tiene algo que le hace diferente y es que se enamora de Patrizia que es una chica que le descoloca. Es su posibilidad de dejar de ser uno más del montón y está a punto de asumir ese reto, pero tiene la mala suerte de que la historia se precipita justo en ese momento y termina por superarle. Deja de tomarse las pastillas que le dan sus padres un tiempo, está más dispuesto a ver la realidad tal y como es, pero al final los acontecimientos son más fuertes. Muchas personas podrían identificarse con Laszlo.

6. Uno de los aspectos más duros de la novela es el personaje de Pam, la mujer de Jellineck, postrada en la cama desde hace años.

Su situación explica en cierta medida el carácter de Jellineck. ¿Cómo la creaste? Como ser indefenso, ¿la asocias a los animales indefensos que también salen en la novela?

En ese personaje hay algo de una tía mía que sufrió Parkinson. Y mucho de cómo vi que la cuidaba su marido durante años, con amor y dedicación, de cómo le hablaba aunque no sabía si realmente se enteraba bien de las cosas. Supongo que me impresionó y surgió a la hora de construir el personaje del policía. Por otro lado necesitaba mostrar su lado tierno e íntimo. Tanto cinismo tenía que ser por algo. Pienso que equilibra al personaje y lo hace muy real, muy auténtico. Y entrañable a pesar de resultar soez en muchas ocasiones. Le perdonas todo. Y lo quieres, empatizas con él.

No había pensado en lo que dices de los animales pero sí veo que hay relación, como en las plantas, los sink holes… Es como si los débiles de la tierra no encontrasen su sitio, como si nadie se ocupase ya de ellos. No trato de decir que el gobierno o la sanidad no se ocupen, es que no nos ocupamos nosotros, los demás seres humanos que estamos mejor, más enteros, al menos aparentemente. La novela es una llamada a la responsabilidad personal e intransferible. Si no lo haces tú no lo van a hacer otros. Jellineck no lleva a su mujer a un hospital, la intenta cuidar él a pesar de las muchas dificultades que encuentra por su trabajo tan complicado.

7. Una de las imágenes más impactantes de la novela es la idea recurrente de los animales que se suicidan. ¿Cómo lo explicas tú, o prefieres que quede simplemente como una imagen?

Tiene que ver con lo que te decía antes. Cuando todo está mal, los animales, que tienen una sensibilidad especial, lo notan antes. Es como cuando huelen un terremoto o un tsunami, están más en contacto con lo básico, con lo meramente biológico. Los seres humanos tapamos todo eso con ropa, perfumes, redes sociales, programas de tv, prisas… y todo eso no nos permite ver lo que está sucediendo. Los animales no es que lo vean, es que lo sienten. Y en la novela no pueden soportarlo. Por eso se suicidan.

8. La otra imagen visualmente (y olfativamente!) dura, es la de la basura en la ciudad… uno se imagina una especie de Blade Runner: una ciudad lluviosa, sucia, donde la gente está encerrada viendo tele. ¿Es más fácil imaginar eso en Londres porque en España la gente se tira a las calles aunque las calles apesten? ¿Por qué la situaste en Londres?

Creo que tienes razón en lo que dices de España, saldríamos igual. La novela transcurre en Londres por dos motivos:

Por un lado, porque es una ciudad lluviosa y gris, donde el cielo es habitualmente plomizo. Y es fácil imaginar que vaya a peor en un futuro cercano donde haya más contaminación, más virus, más enfermedades. Y es una ciudad que conozco. Pero el motivo más importante es para que no suceda en España. Necesitaba sacar la novela de la realidad española. No quería que el lector pensara si Telecinco es mejor o peor que Antena 3. No va de eso. No quería buscar la casuística ni la crítica fácil. Creo que el problema del que se habla en la novela es global de la civilización occidental. No me interesaba entrar en un debate sobre si es mejor Mercedes Milá o Arturo Vals. En cualquier caso creo en el poder del individuo, cada uno podemos libremente apretar un botón del mando a distancia u otro, o ninguno y leer o ir al teatro, a un concierto, cenar con amigos, escribir nuestras propias historias, grabar lo que nos interesa y hacernos la programación a nuestros gusto. Las tv solo emiten lo que la gente ve. Si dejásemos de ver mayoritariamente determinados programas nadie los produciría. Seamos conscientes de eso.

9. Hay mucha ira en los personajes de esta novela, pero yo no creo que sea una novela “airada”. Si, en cambio, una novela preocupada por la cultura contemporánea de la imagen, los sentimientos prefabricados, la necesidad de notoriedad… ¿Cuánto hay de denuncia en CÍRCULOS?

No me gustaría que fuese tanto una denuncia como una invitación a la reflexión. Pero a una reflexión emocional, no solo fría y racional. Que el lector sienta cosas, le perturben los hechos y eso haga que su planteamiento ante los medios de comunicación y las redes sociales pueda ser diferente a partir de ese momento.

No sé si funcionará o no, pero yo sentía la necesidad de contarlo, de provocarlo. Uno de los motivos que me impulsan a emprender un proyecto tan largo y complejo como ha sido CÍRCULOS es la convicción de que si yo no cuento esta historia no la contará nadie.

10. No es una novela para todos los públicos, evidentemente, por su contenido sexual y violento. ¿Con qué te gustaría que la gente se quedase después de leerla?

Algo tocado, un poco incómodo. Yo escribí el capítulo 1 de Médico de familia y la novela es otra cosa desde luego. Cuando eres niño piensas que todas las historias tienen que terminar bien, que tiene que solucionarse todo, que responderse a todas las preguntas que se han formulado. Yo trato de explicar a mis hijos que hay otras historias que no son así, que son más como la vida misma, donde muchas situaciones pueden acabar mal. Creo que es bueno saberlo, y eso puede hacer que seas más responsable de tus actos, más consciente. Las cosas no acabarán bien porque sí.

Pero podemos equilibrar, después de leerte esta novela puedes ir a ver una comedia romántica para desengrasar mientras sepas que es mucho más irreal que CÍRCULOS.

11. Esta novela tiene “producción”: imágenes que la acompañan, cuentas de twitter y Facebook, y se descarga en internet. ¿Por qué las has querido publicar así?

Una vez más volví a sentirlo como una necesidad. Según avanzaba el proyecto me iba pidiendo cosas. El rodar un tráiler o hacer fotos surgió de esta manera. Y eso que yo iba a la contra, la comodidad nos puede mucho y mover toda la infraestructura necesaria para llevar a cabo la parte multimedia es compleja, tienes que gastar bastante dinero y pedir muchos favores. Gracias a que tengo grandes amigos y excelentes profesionales he podido hacerlo. Pero también he tardado bastante porque necesitaba ir cogiendo fuerzas para emprender el paso siguiente. Ahora ya está todo, solo me queda disfrutarlo. Pase lo que pase con el proyecto. Y el resultado visual es magnífico. En esta web lo podéis comprobar.

La novela trata de las redes sociales, entre otras cosas, y necesitaba investigar también en ese aspecto. Llevo un tiempo siendo muy activo en Twitter y eso me ha dado mucha información. Aunque es agotador. La manera de publicar la novela me parecía coherente con todo el proceso, un nuevo experimento. Veremos qué sucede.

12. Sabemos que eres muy futbolero, y que te gusta ir al estadio en las grandes citas. Después de escribir el final de CÍRCULOS, ¿vas con más prevención?

La verdad es que no, creo que no se puede vivir con miedo como decía Roy Batty en Blade Runner, que citábamos antes. Es evidente que pueden pasar desgracias y que hay que tener un cierto cuidado, pero espero no dejar de hacer las cosas que me gustan por una amenaza externa.

13. En el mundo de la televisión, ¿has conocido gente como la que sale en CÍRCULOS?

La verdad es que no. No me he inspirado en personajes conocidos. Creo que ninguno de ellos tiene un referente real salvo, como he dicho antes, la mujer del detective. El presidente de la cadena no es nadie en concreto, pero tampoco los policías ni los cuidadores del zoo, ni los secundarios de la cadena. Tal vez el otro personaje que esté inspirado en alguien es Patrizia: en una chica que me encontré hace 30 años en un concierto de U2 en Nueva York. Pero no llegué a conocerla más que eso, no volví a verla. Tenía una fuerza que me inspiró el personaje de Patrizia. Y el pelo igual de corto. Poco más.

14. ¿Alguna posibilidad de que esta sociedad y esta tele cree un Patrick Shultheiss?

Por suerte y por desgracia creo que no. Por suerte es evidente, porque no me gustaría que pasase lo que cuento. Pero digo por desgracia porque pienso que Shultheiss es muy inteligente, su plan está muy elaborado y es un malo muy atractivo. Los malos que veo en la realidad son más sosos, tan crueles pero sin el mismo carisma.

La historia tiene algo del terrorismo islámico (la capacidad de vivir años preparando un atentado) pero ahí comprendemos, al menos racionalmente, lo que hacen y lo qué pretenden. En la novela, no me refiero al lector pero sí a sus personajes, viven lo que sucede, lo sufren y no entienden al final nada de lo que ha pasado, no acaban de comprender los motivos. Y eso es duro para el ser humano que busca una explicación a todo. Se termina la historia de Shultehiss y ya, se quedan sin entender bien el porqué. Eso me gustó desde el principio. El lector sí tiene una explicación. En un primer momento tampoco la iba a tener, pero me surgió al escribir el final, cuando Patrizia va a ver a la mujer del policía y hacerse cargo de ella Y me gustó como quedó. Por eso lo dejé.

15. ¿Crees que la televisión actual está abocada a emitir programas como los que imaginas en CÍRCULOS: concursantes que mueren, gente teniendo orgasmos en directo…?

Hay una cosa que tenemos que tener en cuenta. La tv tenderá cada vez más a la importancia del directo. Todo nos va llevando a eso aunque es un proceso lento. La ficción se puede ver grabada, a tu propio ritmo, no pasa nada. Pero los deportes, las noticias de sucesos y los realitys y similares tienen sentido que sean en directo o, al menos en un falso directo. Pero si te fijas, incluso en producciones tan complicadas como Supervivientes cada vez se valora más el directo, verles en la isla en ese preciso momento en que el público está votando una expulsión. Ese instante tiene magia para el ser humano. No me preguntes porqué, pero la tiene. El “yo estuve ahí viéndolo cuando sucedía” aunque sea de manera vicaria a través de una pantalla tiene una fascinación especial. De todo esto hablaba el profesor González Requena en su libro El discurso televisivo: espectáculo de la posmodernidad. Tuve la suerte de hacer con él los cursos del doctorado hace muchos años y me marcaron algunas de sus ideas.

Hay que tener en cuenta que una gran parte de las cosas que narro ya están pasando. Cuando se dice que la novela sucede en un futuro cercano, en muchos aspectos es presente. Y esa sensación me gusta, que el lector diga, “¡¿cómo que en el futuro?, si esto es ya!”.